La Estación de Alto de Mira está localizada en la cuenca media alta del río Buritaca y es un importante sitio arqueológico que hace parte de la innumerable red de asentamientos de piedra construida por los tayrona.

Era la finca de Antonio Mira, un colono boyacense que llegó a la zona en 1977. Se ubica a 1000 m.s.n.m, sobre un ramal que se desprende de la Cuchilla Buritaca a los 1530 m.s.n.m. y baja hasta la confluencia de las quebradas Julepia y Caño Negro, afluentes del río Buritaca a 610 m.s.n.m.

Se creó con el objetivo de proteger y el área del Alto Buritaca, el rescate y estudio del sitio arqueológico, y punto de control sobre los visitantes que usaban el camino de La Tagua-Ciudad Perdida hasta su cierre en 2010 por la Unidad de Parques Nacionales.

El predio de propiedad de la Fundación colinda con el sitio arqueológico de Alto de Mira, el cual es patrimonio de la nación, por lo que su manejo y administracion se hace en virtud a convenios suscritos con el Instituto Colombiano de Antropología e Historia.

Al igual que Filo Cartagena, Alto de Mira ha servido de base para múltiples investigaciones sobre el patrimonio natural y cultural de la Sierra Nevada de Santa Marta.

El Congo se fundó en 1988, como una estrategia para mitigar el impacto ambiental de esa época, y para adelantar acciones de conservación con las comunidades. La Estación de El Congo (también conocido como Ciudad Antigua) está situada en la vereda del mismo nombre, perteneciente al corregimiento de Siberia, a tan solo 20 km del casco urbano del municipio de Ciénaga (Magdalena). 

Se localiza en un filo en medio de los últimos bosques nativos en la microcuenca El Congo (cuenca del Río Frío) sobre un asentamiento arqueológico tairona compuesto por cincuenta terrazas comunicadas por una red de caminos en piedra que fueron restaurados a mediados de la década del 90.

El Congo es un área de conservación rodeada por uno de los agroecosistemas más famosos de Colombia: el cinturón cafetero de la Sierra Nevada de Santa Marta.

Como tal, el sitio es un Área de Importancia para la Conservación de las Aves (AICA) del valle del Río Frío y es reconocido mundialmente por las condiciones naturales y logísticas para el avistamiento de la fauna nativa y migratoria.

Allí es posible apreciar algunas especies endémicas y en peligro de extinción como el Paujil Pico Azul (Crax Alberti).

Adicionalmente, el Congo ha servido de base para numerosos cursos de formación y capacitación para campesinos de la zona como promotores agroecológicos, sirve de sitio de encuentro de las organizaciones para la reflexión conjunta y la toma de decisiones concertadas y además se han puesto en marcha proyectos de agroecología y autogestión comunitaria.

Durante más de una década El Congo prestó servicoos de salud a la comunidad hasta cuando fueron construidos los puesto de salud veredales.

El Congo es un lugar para la investigación, el aprendizaje, y un sitio demostrativo en donde se promueve el conocimiento de la Sierra y sus desarrollo sustentable.